La pandemia por el Sars Cov-2
ha marcado el fin de la escuela tal como la conocíamos. Ésta era un espacio
social donde convivían e interactuaban aprendices y docentes, una rutina diaria
que transcurría dentro de un edificio cerrado durante cinco a siete horas de
lunes a viernes, un sistema criticado por su carácter tradicional, autoritario
y desarraigado de la realidad, pero finalmente aceptado y considerado
indispensable para que niños y adolescentes aprendan lo necesario para
asegurarse, sobre todo, un buen futuro socioeconómico. Sin embargo, los
gobiernos, debido a la pandemia, condenaron a los aprendices a una vida en
solitario, sentados durante horas frente a una computadora, realizando
actividades que no aseguran aprendizajes ni les permiten vivir realmente a su
corta edad.
En la escuela se aprende o se debería aprender competencias para la vida social, cultural, política, económica y productiva. No obstante, el aprender a socializar, a pensar críticamente y a convivir pacífica y democráticamente necesita de contacto, interacción y diálogo con el otro; el desarrollo de la imaginación y la creatividad científica y artística requiere de la interacción con ambientes naturales, sonidos, colores, olores y manipulación de objetos; el aprecio por una vida plena y saludable necesita de espacios y actividades sociales, motrices, lúdicas y estimulantes para aprender de modo diverso. Pero, estos aprendizajes son casi imposibles de ser logrados en el encierro y la soledad de las clases virtuales.
Al respecto, estudios médicos recientes han señalado que los niños y adolescentes son una población que presenta un riesgo mínimo de contraer el SarsCov-2, y en caso de enfermarse, los síntomas pasarían casi inadvertidos, y es por eso que la Unicef (2021) recomienda que se abran las escuelas. Por otra parte, numerosos grupos de escolares como en el Perú, por ejemplo, ni siquiera tuvieron clases virtuales debido a la falta de señal de Internet o de dispositivos o por falta de datos en los teléfonos móviles de sus padres. Luego, las pérdidas educativas que sufrieron niños y adolescentes por la paralización de las clases presenciales resultan considerables, irrecuperables e injustificables.
Para
ampliar información:
BBC News (28 agosto 2020). Coronavirus en niños: El estudio que muestra el bajo riesgo de menores de enfermar de gravedad por la covid-19. https://www.bbc.com/mundo/noticias-53946908
El Español (5 agosto 2020). La otra cara de la covid-19: o se abren los colegios o habrá una “catástrofe generacional”. https://www.elespanol.com/mundo/20200805/cara-covid-19-abren-colegios-catastrofe-generacional/510449321_0.html
UNICEF (2021). Los niños no deben permitirse otro año sin escuela. https://www.unicef.org/es/comunicados-prensa/ninos-no-pueden-permitirse-otro-ano-sin-escuela
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