A MI MADRE AUSENTE

Por Lilia Esmeralda Calderón Almerco 

Un día de invierno,

se alejaron tus pasos, 

tu voz, tu sonrisa.


El sol me miró compasivo

y el silencio pronunció tu nombre.


He viajado a millas de mi alma

como avecilla en vuelo,

que busca un nido

entre el mar y el cielo.


Abrázame fuerte, madre,

acuna mi alma en sombras,

mis manos frías,

mis días por venir.

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