Eran niños y niñas llamados en Lima Perú los “niños de la
calle” por eso, porque vivían en las calles, en grupos, drogándose, robando, sucios y vestidos
con harapos. Acostumbrábamos visitarlos en los distintos lugares y en ninguno
donde vivían, generalmente muy cerca de las orillas del río Rímac y del jirón De
la Unión del centro histórico de Lima. Muy de vez en cuando, ellos también nos visitaban, y en aquellas ocasiones, eran invitados a lavarse la cara y las
manos, a cambiarse algo de ropa y luego, a comer, pero cuando se les proponía
sentarse a leer, escribir o dibujar, ellos se iban rápidamente sin explicación
alguna, solo el líder de ellos intentaba excusarse, aunque sin palabras. Nunca se
había logrado que vinieran un día fijo de la semana.
Después de meses de ausencia, los “niños de la calle” volvieron y pasó lo de costumbre, se lavaron la cara, las manos, se cambiaron, comieron y ante la propuesta de que se quedaran un rato a dibujar, aceptaron. Se les pidió que dibujaran un lugar donde viviría el niño Jesús, pues la navidad estaba muy cerca. Ese día, estaba conmigo Rebeca, una maestra jubilada, a quien se le ocurrió poner música clásica de fondo, y así lo hicimos, nos arriesgamos, a pesar del que la actividad podría fracasar.
En perfecto silencio, ellos y ellas hacían trazos en el papel, borraban, pintaban. Así pasaron varios minutos, hasta que acabaron y otra vez empezó el griterío, el caos y el lenguaje procaz. Todos querían mostrar su dibujo a la vez, empujándose unos a otros, excepto uno de ellos que estrujó su dibujo y lo tiró al suelo. Luego, se fueron rápidamente.
Rebeca y yo, nos quedamos pensativas, saboreando el hermoso momento de haber visto a esos niños y niñas, “de la calle” escuchando música de Beethoven en silencio, dibujando como cualquier otra niña o niño que vive en un hogar con su familia, que es protegido, que va a la escuela, que aprende, que es aceptado por la sociedad. Fue un milagro de navidad y fuimos testigos de ello. Rebeca se fue para siempre hace varios años y este es uno de los recuerdos más bellos que tengo de ella y de ellos.
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